30 de enero de 2012

Ella, mi mejor amiga.



Quizás una de las amigas más importantes que tengo, y gracias a ella por estar ahí, por decir un para siempre hace mucho tiempo y seguir aquí conmigo, siempre.
Por ser una risa constante cuando estoy junto a ella y aunque a veces ella tiene sus menos, y aveces entre nosotras también los tenemos, siempre conseguimos arreglar lo que se nos ponga delante, y mirar al frente con una sonrisa, la mejor de ellas.
Gracias por poder pensar con ella en voz alta, por poder decir lo que pienso sin pensar en lo que digo.
Por saberme decirme la verdad, mis fallos, mis errores, por ponerme en mi lugar cuando era necesario, aunque duela.
Por saber que hará mejores los momentos buenos, y que estará en los malos para poder hacer que no lo sean tanto, por saber que por muy malo sea lo que tengamos delante y que sea lo que sea con lo que nos tropecemos, nos tendremos una a la otra.



Es ella la que cada mañana me dice que no me preocupe por nada, que hoy será un día mejor. La que me hace sentir que un día malo es un día malo, pero que mañana no tiene porque ser igual. Que lo que fue amargura ayer puede convertirse en una sonrisa hoy. La que siempre me impulsa a continuar cuando algo no iba bien. La que en tan poco tiempo me a llenado de tanta felicidad. Que con ella no hay ninguna tristeza. Con la que comparto aficiones, gustos, sorpresas. Y no fue una sorpresa ser su amiga. De hecho, antes de conocerle lo sabía. Cuando le miré a los ojos por primera vez dije, "esta será, una gran amiga, para siempre.


¿Quien si no? Fue y es la que siempre ha estado ahí. No ha hecho falta llamarla nos conocemos tanto que con una mirada reaccionamos ante la situación. Creo incluso que debería darle las gracias. Gracias por las veces que hemos llorado juntas, porque eso demuestra lo que podemos confiar la una en la otra.
Gracias por cada momento que hemos vivido porque sin ellos mi pasado no tendría el sentido que tiene.
Gracias por cada risa, porque sin ellas los momentos no habrían sido tan divertidos. La tengo hasta en la sopa y aún así no me canso de ella. Gracias por cada tarde juntas. Gracias por todas esas fotos que veremos las dos cuando seamos mayores. Esas fotos en las que veremos lo locas que estábamos. Gracias por plantar en mi memoria cada. Gracias por formar parte de mis pensamientos, alegrías, lloros, tropiezos, bajones, etc. 
Gracias, sí, gracias por ser parte de mí.



    

2 comentarios:

  1. Una amiga, un buena amiga, es lo unico que necesito para sobrevivir. Una entrada realmente preciosa, pasate, un besin :)

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