Cuando era pequeña, solía caerme y hacerme heridas con frecuencia… gritaba, me enfadaba y lloraba porque me había hecho daño. Un día alguien se me acercó y me dijo: "No te preocupes si te duele, es porque estas viva."
Han pasado ya los años y las heridas ya no están en mi piel, ahora son internas…ocultas donde nadie puede ponerles un par de tiritas…Y es cuando recuerdo esa frase, con una sonrisa, pienso que quien me la dijo, tenía razón. Que si nos duele es porque no estamos muertos y si no escuece es porque se está curando. Que si hay cicatriz es para que no olvides lo que un día te hizo sangrar, y mientras haya alcohol qué se quite el agua oxigenada. Que no hay mal que por bien no venga y que si te tropiezas y lloras, la próxima vez evitarás la caída. Hoy sangras por dentro, pero mañana tu sufrimiento será una experiencia más que añadir al libro de "tristezas absurdas". Sonríe, las heridas no se curan solas.
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