Y qué mas da si soy así?

Puede que no me guste el helado de fresa ni el día de San Valentín, puede que no sepa bailar bien, que no tenga ningún talento oculto. Que no me guste la música clásica ni la ópera, es más, me aburren. Puede que odie la organización, que sea desordenada y un auténtico desastre, que pierda las cosas y muchas veces esté a punto de perder la cabeza. Que me caiga y me levante sin parar. Puede que me ilusione con facilidad, que de demasiada importancia a cosas insignificantes como un mensaje de madrugada o un simple abrazo en un momento puntual. Puede que no sepa jugar al ajedrez, ni a las damas ni al parchís. Puede que deteste la ensalada, la comida sana, las hamburguesas, el ketchup y el regaliz y adore la pasta, el chocolate y un cola cao a todas horas. Puede que no recuerde las fechas de cumpleaños, que necesite los dedos para sumar 7 + 13, que no me sepa mi número de DNI ni mi número de móvil. Puede que odie hacer la cama, ¿para qué? si más tarde la voy a volver a deshacerla… Puede que me encante hacer pegos y llamar la atención, que pase de la gente, que me de lo mismo si salgo mal en una foto, y que siempre haya querido tener gafas. Puede que me encante ordenar mi armario y mi cuarto porque siempre descubro cosas que no sabía que tenía, que le ponga motes raros a la gente, que comente: eres una zorra, puta, mala perra, y después ponga TEQUIERO jaja. Puede que no sea perfecta, porque de hecho no lo soy. Y que más da si soy así...